lunes, 23 de octubre de 2017

¡No es Agua de Correa! es ¡Agua del Correo!

"Zihuatanejo era una zona desierta, ahí donde alguna vez estuvo la presidencia, junto a la playa de enfrente, era una huizachera donde sólo vivían tres familias; Los Castro, Don Salvador Espino y las muchas Landa que eran las curanderas de aquí para toda la gente, pues aliviaban a las personas con puras plantas, porque no había doctores. El trabajo era en el campo sembrábamos maíz, ajonjolí, calabaza, sandía y papayas. 



Allá por los años 1915 a 1920 pasábamos hambre, sólo comíamos las orejas de parto con cabezas de plátano. Además cuando llegaba la tosferina acababa con todos, las casas se quedaban solas, todos se morían. Aquí cortabas los horcones y ahí donde los tumbabas hacías tu casa. 


Ahora, ¡No es Agua de Correa! es ¡Agua del Correo! porque la valija ahí se descansaba para tomar agua, en el ojo de agua de ese lugar, Don Constancio el que traía la valija y ahí descubrió ese manantial, donde paraba la mula, la descargaba, le daba su maíz, tomaban agua, descansaban un rato y se iban para Petatlán, para entregar el correo; al otro día se regresaban a La Unión y así... ese era el viaje de siempre".



Esto lo cuenta Don Jesús Olea, un habitante de hueso colorado de Zihuatanejo, quien radica en Agua de Correa y del quien puedes preguntar por ahí nomas si quieres conocer un poco más de historia.

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